Hace muchos años en una comunidad rural cerca de Pueblo Nuevo existió una pareja de esposos, Manuel y Laura que vivían a orillas de un río, cuyo estilo de vida era muy pobre, pero siempre solían apoyarse el uno al otro tras casi 10 años de matrimonio que cumplirían el mes entrante, aunque nunca tuvieron hijos. Laura, mujer de carácter fuerte, era bien conocida en aquella comunidad pues mucha gente le temía y siempre evitaban mejor no meterse en problemas con ella, porque tenía la característica muy peculiar de “El que me la hace, me la paga”; por esa misma razón la mujer siempre recorría sola los caminos de aquel lugar o junto con su esposo, Manuel en cambio era de un carácter más noble y por consecuente era sometido a los caprichos de Laura, ya que sentía un gran miedo cuando hacía algo que la pudiera molestar. Así que para evitarse problemas con ella mejor le daba la razón, aunque a veces no la tuviera.
Así pasó el tiempo con aquella pareja, Laura con el paso del tiempo era cada vez más y más exigente a un punto en el que vivir con ella era insoportable. Pero a veces la vida tiene un nuevo plan para nosotros.
Una tarde Manuel se desvió por un camino distinto hacia su casa, pues quería buscar algo para regalarle a su esposa con el propósito de contentarla tras una gran discusión que tuvieron al medio día, pero al parecer no se le ocurría nada pues a ella nadie le daba gusto, Manuel preocupado y caminando por aquel lugar lleno de árboles y arbustos, apareció una hermosa mujer con un vestido negro, la mujer no parecía ser de esa comunidad, pues su forma de vestir era demasiado fina y elegante como para ser de algún lugar cerca. Manuel asombrado por su belleza se dirigió hacia ella preguntándole cual era la razón por la que caminaba sola por ese lugar solitario y sin ninguna señal de gente cerca por ahí; la mujer le dijo que su auto dejó de funcionar y que se había quedado parado a orillas de la carretera.
Manuel con actitud servicial decidió ayudar a aquella mujer y se dirigió con ella hacia el lugar donde se encontraba el auto. Una vez terminada su labor en aquel lugar, aquella mujer mirando fijamente a Manuel le sonreía de una manera muy seductora, aparentemente quería llamar la atención de Manuel, y al parecer no le costó mucho trabajo ya que el, la observaba perdidamente como si se tratase de un ángel delante de él, entonces ocurrió lo que se estaba esperando, Manuel comenzó a besar a aquella mujer mientras ella acariciaba su espalda. Al no encontrarse nadie cerca por ese camino, Manuel subió al auto de la mujer y se fue con ella, al principio Manuel se sentía un poco mal ya que él era casado y temía porque Laura no se diera cuenta, pero a la vez su fastidio y su horrorosa convivencia con Laura lo convencieron de marcharse y hacer una vida lejos de ella.
Tiempo después, Laura empezaba a preguntarse porque su esposo no regresaba aun de su trabajo y ya molesta porque no llegaba a la casa decidió ir a buscarlo, pero al parecer Manuel no aparecía por ningún lado, Laura quiso preguntarles a las personas vecinas si no lo habían visto, pero recordó que le tenían miedo por su forma de ser así que prefirió seguir buscando por si sola. Pasado ya un rato Laura empezó a sentirse un poco mal por lo que había sucedido ya que supuso que todo eso sucedió por la horrible discusión que tuvo con Manuel al medio día y frustrada corrió a la casa de su madre que al parecer se encontraba a solo dos calles de su casa.
Al llegar a la casa de doña Imelda, madre de Laura, le pregunto cuál era la razón por la que respiraba agitadamente, a lo que Laura le respondió que se debía su molestia porque Manuel no llegaba a la casa y ya era muy tarde, doña Imelda trató de calmarla pero Laura estaba muy alterada y al parecer se estaba volviendo muy violenta, y comenzaba a levantar la voz, doña Imelda corrió a la calle y le preguntó a los vecinos si no habían visto a Manuel por algún lugar cerca, a lo que una señora le respondió que al parecer lo había visto platicando con una mujer de un vestido negro y que se había ido con ella. Laura sin pensarlo más se tiró al piso y comenzó a llorar desesperadamente, no había ni una duda más, Manuel la había abandonado.
Así pasaron 5 años desde que Manuel se fue con aquella mujer del vestido negro y Laura, amargada y resentida, vivía sola en su casa, las intrigas la gobernaban de vez en cuando y se preguntaba dónde estaría Manuel después de varios años de haberla dejado, pero pronto, su pregunta sería respondida.
Una mañana, la madre de Laura platicó con ella y le habló a cerca de una mujer que vivía en un rancho a solo 20 minutos de distancia de su comunidad y que ella era bruja, y que tal vez ella podía ayudarla. Laura no muy creyente de esas cosas dudo un poco y se preguntaba si en verdad aquella mujer podría saber dónde se encontraba Manuel después de tantos años.
Laura sin pensarlo más, tomó a su madre del brazo y caminaron hacia la carretera donde pasaba el autobús que se dirigía al lugar donde vivía la mujer que supuestamente era bruja. Al llegar al lugar, Laura y su madre fueron testigos de los vientos fríos y los arboles tenebrosos que se encontraban a la entrada de la casa de aquella mujer. Al platicar un rato con Eva la supuesta bruja, ella le dijo que hablaría con Astaroth (el gran duque del infierno), para preguntarle donde se encontraba su esposo.
Al contactar a tan tremenda presencia oscura mediante un pequeño péndulo, Eva le pregunto en donde se encontraba el esposo de Laura, y de inmediato los ojos de Eva cambiaron a un color completamente blanco y con una voz ronca respondió que Manuel vivía en Salamanca con la mujer que conoció ese día y que había tenido dos hijos con ella. Laura furiosa y con tremenda desesperación preguntó si había alguna manera de recuperarlo, a lo que Eva le respondió que tenía que elaborar un amarre; este lo haría volver con ella y que jamás se separaría de Laura hasta que ella muriera. Laura sin pensarlo aceptó tal cosa y se dispusieron a elaborar el dichoso amarre. Eva le dijo que en tres días Manuel regresaría a su casa y le pediría perdón de rodillas y que sería sometido a la voluntad de Laura.
Ella un poco insegura de aquella mujer regresó a su casa y después de tres días alguien toco a la puerta, al abrir no podía creer lo que estaba viendo, Manuel había vuelto y de inmediato suplicó el perdón de Laura por haberla dejado y le prometió que jamás la dejaría de nuevo, Laura lo perdonó y comenzaron una nueva vida, al principio todo fue felicidad para ella, pero la vida volvió a cambiar sus planes.
Un día cerca de las 11 de la mañana Manuel se encontraba tomando agua del río cuando dos ladrones intentaron robar sus pertenencias y su herramienta que tenía colocada sobre una gran piedra, pero Manuel se resistió al asalto, fue en ese momento donde uno de los delincuentes sacó una pistola y lo mató a sangre fría disparándole directamente a la cabeza, la muchedumbre no se hizo esperar y los rumores llegaron rápidamente a Laura, a lo que ella desesperadamente corrió sin cesar hasta llegar al lugar de la terrible tragedia, una imagen realmente desgarradora se quedaría con Laura desde ese momento al ver a su esposo muerto con un gran agujero en su cabeza y pedazos de cerebro en el suelo, a lo que ella lo tomo en brazos y lloraba horriblemente y decía: – “Se suponía que estarías con migo por siempre”-. La madre de Laura la aparto del lugar y varios hombres levantaron el cuerpo de Manuel, después de su sepulcro la gente que vivía cerca de la casa de Laura fue testigo de la gran depresión que sufrió aquella pobre mujer sola.
Pasó solo un mes después y Laura tenía que aceptar su muerte, pues ya era tiempo de continuar con su vida, a lo que ella lentamente fue superando la pérdida de su esposo. Fue desde ese momento donde la historia tendría nuevamente un giro inesperado.
Laura empezó a ser testigo de presencias extrañas en su casa, murmullos, llantos y de grandes fenómenos paranormales, a veces se cambiaban solas las cosas, podía ver siluetas en la noche, incluso todas las noches era testigo de que algo o alguien la visitaba por las noches y se acostaba junto a ella, abrazándola o acariciando incluso a veces su cara, a lo que Laura en muchas ocasiones sentía un fuerte escalofrío cuando eso sucedía, y cuando despertaba a la mañana siguiente su cama se encontraba de lado. Laura se sentía completamente aterrada, pero aun así procuraba guardar la compostura.
Una madrugada cerca de las 3:45 am ella se levantó de golpe, pues sintió que alguien la vigilaba; al no encontrar a nadie volvió a acostarse y ya estaba a solo un momento de quedarse profundamente dormida cuando sintió que alguien recargo un codo en su hombro y cuando giro la cabeza se llevó un susto de muerte, lo que vio la hizo saltar de la cama, era un rostro de un cadáver en estado avanzado de descomposición que la miraba fijamente, los orificios en donde alguna vez se encontraban los ojos ahora era una madriguera de gusanos, larvas y arañas, al igual que la nariz y de su boca se asomaban moscas y volaban en todas direcciones como si toda esa putrefacción fuera un festín para ellas.
Laura corrió a la casa de su madre y tocó la puerta desesperadamente hasta que su madre se levantó, su madre le preguntó que sucedía y Laura le comentó que había espíritus en su casa. Imelda quedó completamente sorprendida, sin saber que hacer en ese momento, esperaron a que amaneciera para ir a la iglesia de su comunidad y hablar con el sacerdote.
Más tarde una vez en el templo, Laura le comentó al sacerdote todo lo que sucedía en su casa a lo que el sacerdote le preguntó que desde aproximadamente cuanto tiempo sucedía eso, y ella respondió que desde hace un mes, después de la muerte de su esposo, a lo que el sacerdote respondió que probablemente era Manuel el que se aparecía en su casa pues algo provocaba que fuera a ese lugar y no pudiera descansar en paz, fue en ese momento cuando Laura recordó lo que había hecho y pidió perdón al padre por semejante acción, a lo que el padre se molestó y le señaló que lo que había hecho no tenía nombre, ella desesperada por ayuda, suplicó al padre para que la ayudara.
El sacerdote después de haberla confesado, se dirigió a la casa de Laura para bendecirla, pero al momento de que el padre comenzó a rezar, algo muy fuerte tomó la pierna de Laura y cayó al suelo y la arrastró por toda la calle, la gente que se encontraba cerca no podía creer lo que estaba sucediendo, era espantoso, pues los gritos de Laura provocaban aún más horror hacia todo aquel que veía esa tremenda escena.
Tras un grande esfuerzo por calmar aquella presencia, logro que el espíritu de Manuel soltara la pierna de Laura, pero se dio cuenta de algo terrible, la acción que había cometido Laura tras mantener a su esposo cerca a como diera lugar, provoco que el alma de su esposo estuviera penando en este mundo y no descansaría en paz hasta que Laura muriera, pues esa era la petición del amarre que había hecho.
Laura suplicaba al padre que hiciera hasta lo imposible por ayudarla, pero él le dijo que no podía hacer nada más, él le dijo a Laura que le pidiera perdón a Manuel por lo que había hecho, así que ella desde entonces todos los días al medio día, lloraba en la tumba de Manuel y le pedía perdón y que se fuera, pero él no podía irse.
La gente cercana que era vecina de Laura se convirtieron en testigos de los horrores que vivía, a veces ella corría por las calles pidiendo ayuda pero la gente corría despavorida al ver como el espíritu de Manuel arrastraba a Laura por toda la calle hasta la puerta de su casa, dichos acontecimientos duraron año y medio hasta que un día todo volvió a la normalidad, pero cuando entraron a la casa de Laura para saber cómo estaba, la encontraron colgada de un árbol que se encontraba en el patio de su casa…
Esta historia se cuenta a todas las parejas de esa comunidad cuando sus problemas se vuelven muy fuertes, para mostrarles a todos aquellos que aferrarse a alguien que no los ama y querer obligar a la pareja a permanecer a su lado contra su voluntad, puede convertirse en cadenas dañinas que lastiman, destruyen y hieren a un grado en el que tú, o tu ser amado puede convertirse en un monstruo…
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