Cuerdas de sangre - CREEPYPASTA [MP3]

(Contenido traído principalmente por Wiki Creepypasta, y compartido a esta pagina, en formato de audio, se agradece su comprensión) PSDT: Debajo de la publicación se encuentra el mp3

Unos 3 exploradores han encontrado, en un total desorden del cuarto de un violinista de nombre incógnito, el cual murió hace 300 años aproximadamente, unas hojas escritas por el propio músico; estas estaban a los pies del cuerpo del difunto, y de otros tres bultos más, los cuales son irreconocibles. Se citará lo escrito:

Si este archivo es encontrado, he de suponer que estoy muerto, así que dejo mi última y única confesión sobre un delito muy... especial. El delito de los dos mundos. La vida y la muerte. Mientras caía en una profunda depresión, me di cuenta de que necesitaba la inspiración de ambos para terminar mis trabajos. Antes componía canciones bellísimas, pero ya no más.

La vida es cruel, pero la muerte me ha dado una última oportunidad de que renazca mi habilidad, mi capacidad. Ella me ha permitido oír los pasos de la depresión alejándose. La muerte me tendió la mano ofreciéndome redención, pero sólo si componía para ella alguna balada preciosa.

Y eso hice. Agarré mi violín, y en el momento que empecé a tocar, sentí cómo mi sangre se derramaba de mis manos y creaba cuerdas... cuerdas hechas de sangre. Tocando canciones mortíferas y hermosas. Nadie escapaba si tocaba... su alma se enamoraba y junto con su sangre... se unían al violín.

Algún demonio, enamorado de mi música, de mí mismo, y del instrumento, y a la vez frustrado por haberse dejado llevar, maldijo el violín y a todos aquellos que escucharan su música. También me maldijo a mí, y a los que estén a mi alrededor. Nadie va a escapar, sin duda. En el momento que sea tocado, oído o percibido, las pobres almas desdichadas que lo hayan hecho morirán y pasarán a formar parte del violín.

Hace tres años fue encontrada esa carta, pero nunca fue investigada, analizada, ni llegó a las manos de ningún documentador histórico. ¿La razón? Es imposible determinarla, porque aquella carta escrita hace trescientos años fue encontrada de nuevo, pero esta vez, frente a seis cadáveres.