En un día de escuela, un chico llamado Tom estaba sentado en clases mientras hacía su tarea de matemáticas. Faltaban seis minutos más para que la escuela por fin lo dejara libre. Cuando estaba haciendo su tarea, algo llamó su atención.
Su pupitre estaba al lado de la ventana, volteó y miró hacia el exterior, en el pasto. Parecía ser una fotografía. Cuando terminaron las clases, corrió hasta el lugar en donde había visto la foto. Corrió tan rápido, que nadie pudo detenerlo.
Levantó la foto, y sonrió. Tenía la imagen de la chica más hermosa que había visto en su vida. Ella llevaba puesto un vestido con medias y zapatos rojos, y su mano formaba el símbolo de amor y paz. Era tan bella que él deseaba conocerla, así que corrió por toda la escuela y les preguntó a todos si la conocían o si la habían visto antes. Pero, todo a quien preguntó, siempre contestaba con un "No". Él estaba devastado.
Cuando llegó a casa, le preguntó a su hermana sobre la chica, pero desafortunadamente, también contestó con un "No". Era muy tarde, por lo que Tom subió las escaleras, colocó la fotografía en su mesita de noche y se fue a dormir.
A media noche, Tom se despertó al escuchar un golpecito en su ventana. Fue como un golpecito hecho con las uñas. Se asustó. Después de los golpecitos, pudo escuchar una risita. Vio una sombra cerca de su ventana, por lo que salió de la cama, caminó hacia su ventana, la abrió y volvió a escuchar la risita. Para cuando se acercó, ya no se encontraba nadie ahí.
Al día siguiente, les preguntó a los vecinos sobre la chica de la foto. Todos contestaron con lo mismo "Lo siento, no". Incluso cuando su madre regresó a casa le preguntó si conocía a la chica. Ella contestó con un "No", igual que todos los demás. Fue a su habitación, dejó la foto en su escritorio y se quedó dormido. Una vez más fue despertado por un golpecito. Tomó la foto y siguió la risita. Cruzó la calle, cuando de pronto fue golpeado por un coche. Tom murió instantáneamente, con la fotografía en mano.
El conductor salió del auto e intentó ayudarlo, pero ya era demasiado tarde. Vio la fotografía en su mano y la tomó.
Y vio una linda chica levantando tres dedos.
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